En un acuerdo de custodia compartida, las vacaciones generalmente se dividen de manera equitativa entre ambos padres para garantizar que ambos tengan tiempo de calidad con el niño durante períodos especiales. Aquí hay algunas formas comunes en las que se pueden repartir las vacaciones en un acuerdo de custodia compartida:
- División por porcentajes: Los padres pueden acordar dividir las vacaciones según un porcentaje específico. Por ejemplo, podrían decidir que cada padre tenga al niño durante el 50% de las vacaciones de verano, invierno o primavera.
- Rotación de años: Una opción común es rotar los años para que cada padre tenga al niño durante ciertas vacaciones en años alternos. Por ejemplo, un padre puede tener al niño en Navidad durante un año y en Acción de Gracias el próximo año, mientras que el otro padre tiene al niño en la otra festividad.
- División por días festivos: Los padres pueden dividir las vacaciones según los días festivos específicos. Por ejemplo, uno de los padres puede tener al niño en Navidad y Año Nuevo, mientras que el otro padre tiene al niño en Acción de Gracias y Semana Santa.
- Vacaciones alternas: Los padres pueden elegir tomar vacaciones en momentos diferentes para que ambos tengan tiempo exclusivo con el niño. Por ejemplo, uno de los padres puede planificar vacaciones en verano mientras el otro planifica vacaciones en primavera o invierno.
- Vacaciones adicionales: Además de las vacaciones principales como verano, Navidad o primavera, los padres pueden acordar tomar vacaciones adicionales por separado. Estas pueden incluir fines de semana largos, días festivos locales o cualquier otro período acordado entre los padres.
Es importante que los padres establezcan un calendario de vacaciones claro y detallado como parte de su acuerdo de custodia compartida. Esto ayuda a evitar malentendidos y conflictos, y proporciona estabilidad y previsibilidad para el niño. Además, es fundamental que ambos padres estén comprometidos a cumplir con el calendario de vacaciones acordado y a mantener una comunicación abierta y respetuosa para garantizar el bienestar del niño. Siempre que sea posible, se deben tener en cuenta los deseos y necesidades del niño al planificar las vacaciones en un acuerdo de custodia compartida.