Cuando una pareja decide separarse y no están casados, el proceso de repartición de bienes puede ser complejo, pero hay varios pasos y consideraciones que pueden ayudarte a organizarte:
- Habla con tu pareja: Es importante tener una conversación abierta y honesta sobre cómo desean manejar la división de los bienes. Intenta llegar a un acuerdo mutuo siempre que sea posible. Cuanto más puedan resolver entre ustedes, menos intervención externa necesitarán.
- Haz un inventario de los bienes: Hagan una lista completa de todos los bienes que poseen juntos, incluyendo propiedades, vehículos, muebles, cuentas bancarias, inversiones, deudas compartidas, etc. Esto ayudará a tener una visión clara de lo que necesitarán dividir.
- Identifica la propiedad separada: Determina qué bienes son de propiedad individual de cada uno de ustedes. Por lo general, los bienes adquiridos antes de la relación o recibidos como regalos o herencias pueden considerarse propiedad separada.
- Considera el acuerdo previo: Si tienen un acuerdo previo, como un contrato de convivencia o un acuerdo de pareja de hecho, revísalo detenidamente para ver cómo establece la división de los bienes en caso de separación.
- Busca asesoramiento legal: Si no pueden llegar a un acuerdo por su cuenta o si la situación es compleja, considera buscar asesoramiento legal. Un abogado especializado en derecho de familia puede brindarte orientación sobre tus derechos y opciones.
- Mediación: La mediación puede ser una opción útil si desean resolver sus diferencias de manera más amigable y evitar un litigio costoso. Un mediador neutral puede ayudarles a llegar a un acuerdo que funcione para ambas partes.
- Documenta todo: Si llegan a un acuerdo, asegúrate de documentarlo por escrito para evitar malentendidos futuros. Esto puede ser especialmente importante si hay activos significativos en juego.
- División equitativa: Si no hay un acuerdo previo o si no pueden ponerse de acuerdo, la división de los bienes generalmente se basará en lo que se considera equitativo según las leyes de tu jurisdicción. Esto no siempre significa un reparto 50/50, sino lo que se considera justo en función de varios factores, como la duración de la relación, las contribuciones financieras y no financieras de cada parte, etc.
Recuerda que cada situación es única, por lo que es importante adaptar estos consejos a tu situación específica y buscar ayuda profesional si es necesario.