El consumo de drogas por parte de uno de los padres puede ser un factor relevante en la determinación de la custodia compartida. Los tribunales generalmente consideran el bienestar y la seguridad del niño como la prioridad principal al tomar decisiones sobre la custodia.
Si hay pruebas o evidencias creíbles de que uno de los padres tiene un problema de consumo de drogas que afecta negativamente su capacidad para criar al niño de manera adecuada, esto puede influir en la decisión del tribunal. Algunos de los factores que los tribunales pueden tener en cuenta incluyen:
- Impacto en el bienestar del niño: Si el consumo de drogas del padre afecta la salud física o emocional del niño, compromete la seguridad o la estabilidad del entorno en el que el niño se encuentra, puede ser considerado perjudicial para el interés superior del niño.
- Capacidad para cuidar al niño: Si el consumo de drogas afecta la capacidad del padre para brindar un cuidado adecuado y responsable al niño, como proporcionar una alimentación adecuada, un entorno seguro, atención médica adecuada y apoyo emocional, esto puede ser un factor en contra de la custodia compartida.
- Riesgo de exposición al consumo de drogas: Si existe un riesgo de que el niño esté expuesto directamente al consumo de drogas o a un entorno relacionado con las drogas, los tribunales pueden considerar que la custodia compartida no es en el mejor interés del niño.
Es importante destacar que las decisiones sobre la custodia compartida se toman caso por caso, y los tribunales considerarán todas las circunstancias individuales y evidencias presentadas. Si tienes preocupaciones legítimas sobre el consumo de drogas de tu ex pareja y su impacto en el bienestar del niño, te recomiendo buscar asesoramiento legal y presentar pruebas sólidas que respalden tus preocupaciones. Los tribunales tomarán en cuenta esta información al tomar una decisión sobre la custodia compartida.